
Fe y confianza
El ser humano debería aprender la manera de buscar y estudiar ese rayo de luz que, partiendo de lo más profundo de su ser, atraviesa su espíritu. Pero en vez de esto, renunciamos a nuestro criterio y lo desdeñamos porque nos es propio.
El caso es que mañana cualquier extraño dirá, apoyándose en la autoridad del buen sentido, lo que nosotros mismos siempre habíamos imaginado y nos veremos en la situación de recibir avergonzados la que es nuestra propia opinión, pero de manos de otro.
Confía en ti mismo, todo corazón vibra al son de esta cuerda de hierro. Acepta el puesto que la providencia ha encontrado para ti y en la misión que la sociedad de tus contemporáneos te ha asignado. Los grandes lo han hecho siempre así, confiando como niños en el genio de su época, trabajando con sus manos e intelecto y dominando sus emociones y su corazón por completo.
«¿Dónde están tu fe y tu confianza? No puedes seguir esta vida espiritual sin fe y confianza en Mí.
Déjame que guíe cada uno de tus pasos. Búscame constantemente en el silencio, y déjame que te revele el paso siguiente que has de dar; a continuación, da ese paso sin temor y con auténtica alegría.
¿Cómo esperáis asumir las responsabilidades más grandes de la vida y que se os den cada vez mayores responsabilidades antes de haber aprendido a obedecer y a ejecutar las más simples?.
¿Cómo podéis esperar tomar el mundo en vuestro corazón si ni siquiera habéis aprendido a amaros los unos a los otros y a trabajar en paz y armonía unos con otros?
Un niño ha de aprender a andar antes de correr.
Tenéis que aprender a amaros los unos a los otros y traer paz y armonía a vuestro entorno más inmediato antes de ser capaces de traer armonía a nivel mundial. Arreglad vuestros asuntos antes.
Entonces podré utilizaros para que ayudéis y sirváis a vuestros semejantes.»
La Voz Interior Eileen Caddy
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.