Mens sana in corpore sano

Unas de las claves para gestionar la cuarentena, según los expertos, es la de activar el cuerpo, ya que «reduce los síntomas de depresión y ansiedad, mejora el funcionamiento de nuestro cerebro y aumenta la sensación de bienestar».

Dada la situación, una de las mejores opciones estos días es practicar yoga, tanto por sus beneficios tanto físicos (aumenta la flexibilidad, estira los músculos, refuerza el sistema inmunológico…) como psicológicos.

Si bien ambos beneficios son altamente positivos y recomendables, el yoga puede abrir nuevas sensibilidades y conexiones entre nuestro cuerpo y mente. Puede ser una vía para comprendernos mejor tanto a nosotros mismos como a los demás y a nuestro entorno.

Se ha comprobado que la práctica frecuente de yoga mejora el sueño y el humor, mejora la concentración y, por supuesto, reduce el estrés, un estado mental que es, por desgracia, muy habitual en estos días de incertidumbre.

Además, aunque lo ideal es practicarlo en las salas adaptadas para ello, el yoga se puede practicar en espacios pequeños. Eso sí, es recomendable que lo hagas en una estancia o rincón silencioso, sin ruidos que te distraigan.

Es posible incorporar lo que el yoga nos aporta a otros ámbitos de nuestra vida, sus efectos se perciben muy pronto cuando notamos que despierta en nosotros una sensibilidad que, de alguna manera, conecta cada vez mas partes del cuerpo y de la mente al mismo tiempo. Tendremos la percepción de los mecanismos que actúan en las posturas, es decir, en el cuerpo, podremos ir incorporando otros aspectos.