
Pensar antes de hablar
Que las palabras de tu boca y las meditaciones de tu corazón sean aceptables en todo momento. Mejor estar callada y no decir nada que abrir la boca y consentir que salgan de tus labios palabras carentes de guía de las que quizá te hayas de arrepentir nada más decirlas. Hablar a destiempo puede ocasionar un daño y un sufrimiento innecesarios.
Una palabra mal dicha en un momento inadecuado puede herir mucho a la otra persona ; por eso, aprende a controlar tu lengua, y cuenta hasta diez antes de abrir la boca. Se tarda menos de un segundo en decir algo hiriente, pero se tarda mucho en curar esa herida.
Cuando aprendas a hacerlo, no te equivocarás. Si tan sólo inviertes tiempo y eres muy paciente, verás la chispa divina en el interior de todas las personas.
Si aprendes a potenciar las caricias positivas, es decir, los elogios o las palabras de afecto verás cómo también mejora el nivel y la calidad de tú vida.
A continuación podrás avivar esa chispa sin intentar jamás extinguirla mediante tu crítica, intolerancia y falta de comprensión. Sabrás que todas las almas son iguales bajo tú mirada.
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